miércoles, 5 de septiembre de 2012

Diarios conileños (II)


Conil de la Frontera

Acodado al balcón miro insaciable el oleaje,
oigo sus oscuras imprecaciones,
contemplo sus blancas caricias;
Tú, verdad solitaria,
Transparente pasión, mi soledad de siempre,
Eres inmenso abrazo;
El sol, el mar,
La oscuridad, la estepa,
El hombre y el deseo,
La airada muchedumbre,
¿Qué son sino tú misma?

Luis Cernuda


2 de agosto de 2012:

Tu estado de ánimo se debate entre la cercanía del mar y la acuciante falta de intimidad que te embarga. La soledad se vuelve tan necesaria como añorada, porque resulta difícil para los demás comprender al alma propensa a la poesía. Comprender que, a veces, el viento regala oraciones que solo se escuchan con los ojos y los labios cerrados; que a la hora de traducir en palabras el ronroneo suave del océano, la más inocente de las miradas resulta indiscreta.

Compartir con alguien un silencio, sin que este se vuelva incómodo o raye las fronteras del hastío, es la más alta demostración de complicidad, de conexión entre almas, que casi trasciende lo humano.


Levantas la cabeza del cuaderno y dejas que tus cabellos  se estremezcan bajo el murmullo de la brisa, igual que las palmeras que saludan con sus hojas al sol de mediodía. Cuando tus ojos buscan la línea del horizonte para encontrarse con el azul cansado del océano, sonríes al descubrirlo todo borroso, y coges las gafas de forma resignada, automática. Es la realidad, de nuevo, imponiéndose sobre la belleza de lo evanescente, sobre las ciudades construidas por tu soñar insomne; recordándote maliciosamente tu frágil condición humana.

2 comentarios:

Lector marinístico dijo...

"Ellos son los ojos azules, son los cabellos rubios, son, luego, también, toda esa romántica y fina Andalucía que va desde Cádiz, bordeando Gibraltar, hasta los limonares, los claveles y las viñas sagradas de Málaga". (Rafael Alberti, La arboleda perdida).

Óscar Sejas dijo...

La poesía es cosa de uno solo aunque en realidad estar en ese estado de casi paz no es estar solo, es encontrarse con las letras que al fin y al cabo es lo que hace falta para escribir.

Las ciudades tienen muchas cosas pero pocos momentos de paz, esos se encuentran sobre todo cerca del mar, en la montaña o donde pise poca gente. Las letrsa son siempre caprichosas.

"Solamente aislándose por completo se puede trabajar. La ociosidad te proporciona la disposición para escribir y la soledad, las condiciones. La concentración en ti mismo te de-vuelve al nuevo y maravilloso mundo que surge en el color y la cadencia de las palabras en movimiento" (Óscar Wilde)

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Larga y prematuramente adiestrado en el ejercicio de la paciencia y en la cuidadosa restauración de ilusiones sistemáticamente pisoteadas, me acostumbré muy pronto a quejarme en voz baja, a maldecir para mis adentros, y a hablar ambiguamente, poco y siempre de otras cosas; es decir, al uso de la ironía, de la metáfora, de la metonimia y de la reticencia. Si acabé escribiendo fue […] para aprovechar las modestas habilidades adquiridas por el mero hecho de vivir.

Ángel González

Entrega premios de relato 2011, "Una de piratas", Cadena SER

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Con José Manuel Caballero Bonald en la Residencia de Estudiantes de Madrid, 2011

Ceremonia de entrega de premios del XX Aniversario de la UC3M

Ceremonia de entrega de los premios del XX Aniversario de la UC3M

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Lectura de poemas en la Feria del Libro 2010 de Madrid

Casa natal de Luis Cernuda, Calle Acetres, Sevilla, 2010

Casa de Luis Cernuda durante los años 20, Calle del Aire, Sevilla, 2008

Con la estatua a Federico García Lorca, Madrid, 2008

Casa de Rafael Alberti, El Puerto de Santa María, Cádiz, 2008

Casa natal de Antonio Machado, Palacio de Dueñas. Sevilla, 2010

Residencia de Estudiantes de Madrid, 2008

Museo Dalí, Figueras, Cataluña, 2008

Con la estatua a Ramón Mª del Valle Inclán, Madrid, 2010
Te juzgan mal y sufres por eso. Eres de nieve por fuera y de llama por dentro. Quien te toca se hiela mientras tú te abrasas. No sabes querer y estás queriendo siempre; no sabes vivir y estás vivo. Tu sitio no está en ninguna parte, siempre desearás un lugar diferente...

Luis Cernuda, Comedia inacabada y sin título