Pero también tú te pones
lo mismo que el sol, y crecen
en torno mío las sombras
de soledad, vejez, muerte.
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Luis Cernuda
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Queda aún un trocito de sol, y allí te acurrucas. En torno a ti, la sombra avanza, y dentro de muy poco el sol se habrá convertido en un recuerdo. Pero desde tu posición puedes mirar todavía ese otro mundo, desdibujándose suavemente entre la espuma del pasado. Es el mundo del verano, y tú formaste parte de él.
El frescor de la arena de playa al anochecer, los atardeceres desde un muro de cal blanca, las estrellas fugaces, el insomnio premeditado, el viento de levante, la música, los ojos verdes, los relojes extraviados, la orilla del mar, los besos azules. La felicidad.
Ahora se extingue. En la frontera de septiembre, acechan las melancolías, la lluvia, los domingos grises y la ausencia de azul.
Sobre todo la ausencia de azul.
No eres capaz de vivir en otro color. De vivir no, pero sí de sobrevivir; y es eso lo que harás en los próximos meses. Desde tu mundo en sombra.
Y no es solo el verano. Con el azul se van todos los resquicios de esperanza que encontraste estos meses –debe ser que, en verano, la gente se despreocupa y va perdiendo por ahí trocitos de esperanza, y como tú siempre caminas mirando al suelo… Lo terrible es que ahora se te han perdido a ti.
Qué digo a ti, si es culpa del otoño –y eso que ni ha llegado. Es culpa del otoño y de los besos azules, por qué no admitirlo. Tal vez, cortándote el pelo consigas desterrar tus sueños absurdos de princesa de cuento, que no valen más que para el mundo que ya se acaba.
Porque sí, se acaba. La sombra continúa avanzando, y apenas un débil rayo de sol te recuerda que aquel otro mundo existió en verdad. Abres mucho los ojos, y después los cierras. Ya está guardado ese rayo en tus pupilas. Será el que le dé su color verde a tu iris, el que consiga que no te desvanezcas; aquel que mirarás en invierno, cuando la tristeza te envuelva con sus alas inmensas.
Y es que existen dos mundos: el mundo del verano y aquel otro en el que sueñas con que este vuelva a llegar…
2 comentarios:
Hola Marina! Un texto bello, pactado en cuanto a prismas otoñales, o distancias de color grana entre los edificios (adoro que comiencen). Sabes construir los matices y fumigarlos, ya sea en prosa poética, con muchos y agradables sentidos.
En definitiva, me gustas mucho, sigue así y nunca dejes de escribir.
Un besazo!
J.Maseda
Excelentes líneas, un texto bien estructurado y con bellas imágenes.
Llegué a tu blog por una reseña que hizo Jorge Ampuero.
Un placer leerte
Saludos
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