miércoles, 26 de noviembre de 2008

Grandes actores


[…]

-Existen, sin embargo- le observo -, sentimientos grandes que compensan de todo lo demás por la felicidad que nos dan. El amor, por ejemplo, y la amistad.

Y Federico me interrumpe:

-Felicidad… que también es sufrimiento- replica –por lo que estos sentimientos tienen de transitorio y de incierto. En el amor predominará siempre el diálogo inconciliable, el eterno problema de la incomprensión de los seres que, por quererse tanto, no hacen más que torturarse mutuamente. En cuanto a los amigos, en general, salvo raras excepciones, tampoco son durables. Un amigo- dice con gracia, como definición –es un tipo que conocemos bien y que queremos, “a pesar de todo”, con la condición de que no deje de serlo. Pero yo- agrega con desenvoltura –ya no sufro como antes con las ingratitudes e inconsecuencias que suelo recibir de unos y otros. El amigo que deja de serlo, pienso, no lo ha sido nunca de verdad y se transforma para mí en un extraño; no lloro ni me aflijo; a lo sumo siento una pequeña nostalgia íntima: algo así como “la tristeza de no sentirme triste”.

Y es aquí donde lo creo menos sincero, por cuanto lo he visto sufrir y llorar ante estas desilusiones que suelen darnos los seres por los cuales habríamos afrontado todos los sacrificios […]


Carlos Morla Lynch, En España con Federico García Lorca




Siempre esa indolencia a la que aspiramos cuando algo nos defrauda o muere una ilusión. Solemos pensar que, si no expresamos en voz alta la dimensión de nuestro sufrimiento, este se reducirá. E inevitablemente nos equivocamos, pues como se dice, “la procesión se lleva por dentro”. No es fácil componer una sonrisa, fingir que todo va bien y que los acontecimientos no te afectan, cuando tu interior se deshace en lágrimas. Pero tal vez es la necesidad de no sentirnos vulnerables ante los demás, o la de hacernos creer a nosotros mismos que nada es tan grave como parece. En cualquier caso, hay demasiados sentimientos que nacen en el corazón y mueren en él sin haberse atrevido a salir nunca, sin que nadie sepa realmente el verdadero efecto que han tenido en nosotros unas simples palabras, o tal vez una pregunta.

En el Teatro de la Vida, todos tenemos que representar papeles en ocasiones. Y algunos somos mejores actores que otros –lo cual no es, desde luego, una virtud.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

y esto...como se te ocurren estas cosas pero...me gusta...en serio...es bueno y creo q tiene razón...

Anónimo dijo...

yo prefiero ser sincero, aunque no siempre lo soy tanto como desearía

s

Entradas populares

Larga y prematuramente adiestrado en el ejercicio de la paciencia y en la cuidadosa restauración de ilusiones sistemáticamente pisoteadas, me acostumbré muy pronto a quejarme en voz baja, a maldecir para mis adentros, y a hablar ambiguamente, poco y siempre de otras cosas; es decir, al uso de la ironía, de la metáfora, de la metonimia y de la reticencia. Si acabé escribiendo fue […] para aprovechar las modestas habilidades adquiridas por el mero hecho de vivir.

Ángel González

Entrega premios de relato 2011, "Una de piratas", Cadena SER

Entrega premios de relato 2011, "Una de piratas", Cadena SER

Entrega premios de relato 2011, "Una de piratas", Cadena SER

Con José Manuel Caballero Bonald en la Residencia de Estudiantes de Madrid, 2011

Ceremonia de entrega de premios del XX Aniversario de la UC3M

Ceremonia de entrega de los premios del XX Aniversario de la UC3M

Ceremonia de entrega de premios del XX Aniversario de la UC3M

Lectura de poemas en la Feria del Libro 2010 de Madrid

Casa natal de Luis Cernuda, Calle Acetres, Sevilla, 2010

Casa de Luis Cernuda durante los años 20, Calle del Aire, Sevilla, 2008

Con la estatua a Federico García Lorca, Madrid, 2008

Casa de Rafael Alberti, El Puerto de Santa María, Cádiz, 2008

Casa natal de Antonio Machado, Palacio de Dueñas. Sevilla, 2010

Residencia de Estudiantes de Madrid, 2008

Museo Dalí, Figueras, Cataluña, 2008

Con la estatua a Ramón Mª del Valle Inclán, Madrid, 2010
Te juzgan mal y sufres por eso. Eres de nieve por fuera y de llama por dentro. Quien te toca se hiela mientras tú te abrasas. No sabes querer y estás queriendo siempre; no sabes vivir y estás vivo. Tu sitio no está en ninguna parte, siempre desearás un lugar diferente...

Luis Cernuda, Comedia inacabada y sin título