![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoLOHX7BucxHMYe9h8cBNYqfZ7R-mOg_8ycbWXiVazA1Oo9rkEq17VuCLt10eAMo_TzH_lIPQKby24hmU4Qb0p3J7_4kMFpnvKuHhhLtpS8o-hdCl-0m5wv573hkXh-7ISWfqxJLNFPsk/s320/20080418113843-soledad.jpg)
Sentado sobre un golfo de sombra vas siendo ya sombra tú todo. Sombra tu cabeza, sombra tu vientre, sombra tu vida misma.
En vano escuchas la canción del muchacho jovial. Es una canción impersonal, exactamente pudiera ser otra canción cualquiera, y ése es el motivo de que te sientas atraído por el canto y su cantor.
Cuida tu sombra; dentro de tiempo ni sombra serás. Cuida tu pecho y tus sueños, cuida tu cabeza, que ya es una nube y se pierde, como chal delicado, en la tempestad orquestada.
Sube a las cariátides fraudulentas; grita desde allí sobre la arcilla y la lana. Grita, grita, vuelve tus manos del revés. Luego podrás tenderte confiado bajo tu propia sombra.
El resto es el amor evangélico.
Luis Cernuda
Alguien me dijo una vez que las ilusiones están hechas con materiales muy poco consistentes. Algunas se deshacen antes de volverse realidad, y entonces es como si se hubieran apagado las luces del mundo. Y tú, en medio de la oscuridad, te sientes irremediablemente adulta, zozobrando por las realidades de las que llevas huyendo tanto tiempo. Realidades donde no hay lugar para la más mínima ilusión; y la vida sin ilusiones es una triste y tortuosa condena.
Realmente, nunca imaginé hasta qué punto el sentido de todo puede estar tan estrechamente vinculado al mar. No me queda sino llorar por todos los veranos irrecuperables que –ahora lo sé- se han quedado sumidos en un pasado aún más irrecuperable. De repente, no existe ya el verano.
“Bienvenida a la realidad”, me susurra una vocecilla al oído.
Me molestaría en buscar una respuesta adecuada si fuera hoy algo más que sombra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario