El primero me lo comunicaron en abril (¿abril…?), y se trataba del Primer Premio en el XXI Certamen de Poesía del I.E.S. José Hierro, de Getafe; gracias a mi pequeño conjunto de poesías sobre Madrid al que titulé La ciudad de las palomas envenenadas. Trescientos euros recogidos de manos de la mismísima nieta de José Hierro y la emoción de leer por primera vez mis poemas en un acto público.
I Premio del Certamen de Poesía del José Hierro
El segundo logro fue una consecuencia de otro más lejano, ocurrido en 2008, cuando gané el Primer Premio del VII Certamen de Poesía Rafael Morales que organizaba la Universidad Carlos III de Madrid: seiscientos euros y dos poemas –Octubre y Pesadilla- publicados en una especie de antología. Y la consecuencia ha aparecido en mayo de este año, cuando me ofrecieron asistir a un acto en la Feria del Libro de Madrid para leer unos cuantos poemas míos junto a los ganadores de otras universidades. Una experiencia curiosa, cuanto menos.
El tercero resultó tan inesperado como necesario para mi ánimo –teniendo en cuenta, como he dicho, que 2010 ha sido un mal año-, y tuvo lugar en junio. Todavía recuerdo mi incredulidad al recibir la noticia de que había ganado el Primer Premio de Relato corto del XX Aniversario de la Carlos III, consistente en dos mil euros; con mi relato titulado El nombre. El 27 de octubre se desarrolló en el Salón de Grados de la universidad la ceremonia de entrega de los premios. Primero, una entrevista en la que me sacaron decenas de fotos y me hicieron las clásicas preguntas del tipo ¿Qué ha supuesto para ti el premio?; exceptuando la última, en la que me pidieron que recitase un poema mío de memoria. Y he aquí -¡ay mísera de mí, ay infelice…!- que fue entonces cuando me di cuenta de que no me sé ninguno. Muchos de otros poetas, pero ninguno mío. Ya tengo una misión para el futuro próximo…

En plena entrevista...
A continuación de las fotos y las preguntas –que próximamente saldrán en la revista de la universidad-, llegó la hora de recoger el cheque y el diploma de manos del Rector, que dijo de mi relato que era digno del festival de Getafe Negro. Y para qué negarlo, la borrachera de éxito me duró un día entero.

Con el Rector y los demás ganadores
Después llegó noviembre. Noviembre y sus circunstancias, y el frío y los cielos grises. Por mi parte, a pesar de todo seguiré luchando por abrirme un hueco en el mundo literario, esperando el próximo golpe de suerte.
Pero sería injusto no mencionar aquí a todas las personas que han inspirado mi poesía, mi prosa. Gracias a mi familia, a los amigos de verdad, a los que no llegan a esa categoría pero han sido capaces de creer en mí, a mis poetas venerados, a mis amores platónicos, a los que ya se fueron pero siguen vivos en mi corazón, a los que leen lo que escribo, a los tristes asesinos de luces que, sin saberlo, se convertirán algún día en los antagonistas de una novela… Sin cualquiera de estas personas, la poesía no me dice nada y nada tengo que decirle a ella, citando al maestro Ángel González.
Por último, aquí os dejo el enlace para los que queráis leer el relato con el que gané el Primer Premio de la Carlos III:
http://www.uc3m.es/portal/page/portal/conocenos/Repositorio_trimestre3_2010/elnombre.pdf

Con mamá y el Diploma del I Premio de Relato
1 comentario:
Querida Marina:
Un alegria saber de tus merecidos logros ganados a base de tu talento y esfuerzo en el arte de las palabras, espero alguna vez te animes a remitirme una muestra de tus poemas más una breve reseña para postearte en mi blog.
Saludos,
jc7ampuero@hotmail.com
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