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El viento veía pasar la vida al lado suyo, tan cerca y tan lejos de él al mismo tiempo. Pero ya no intentaba penetrar en ella con uno de sus antiguos arrebatos salvajes, mostrando al pueblo, a las gentes de abajo, que también él era parte de la vida, como otra criatura cualquiera. Ya no intentaba mezclarse en aquella existencia monótona y enigmática de los hombres. Un sentimiento desconocido, mezcla de pereza e indiferencia, comenzó a regir sus días. Se abandonaba a ese sentimiento y en él encontraba si no la paz, la resignación. […]
Luis Cernuda, El viento en la colina
El viento está cansado de ser viento y quiere volverse brisa, y se refugia, una vez más, dentro de sí mismo, igual que en aquellos días en los que el monocorde tictac del reloj aún no le recordaba a cada paso que solamente era un prisionero más del Tiempo. Ha dejado de hacerse preguntas, porque con ello solo conseguía lanzarse de cabeza a un mar de sufrimientos inútiles y de deseos invisibles –también imposibles. Ha aceptado que nunca podrá ser como el resto, aunque lo deseara con todo su aéreo corazón, pues al final siempre acaba imponiéndose su naturaleza de viento. Su romanticismo es demasiado etéreo como para mezclarse con la mentirosa transparencia del océano.
El viento ha encontrado al fin una cómoda posición de indolencia con respecto del mundo de los humanos, una posición que, si bien no le permite continuar su cruenta lucha con la Realidad –esa que hasta ahora ha mantenido-, sí le concede al menos la posibilidad de permanecer alejado de ella, soñando e imaginando vidas construidas con flores de papel.
Luis Cernuda, El viento en la colina
El viento está cansado de ser viento y quiere volverse brisa, y se refugia, una vez más, dentro de sí mismo, igual que en aquellos días en los que el monocorde tictac del reloj aún no le recordaba a cada paso que solamente era un prisionero más del Tiempo. Ha dejado de hacerse preguntas, porque con ello solo conseguía lanzarse de cabeza a un mar de sufrimientos inútiles y de deseos invisibles –también imposibles. Ha aceptado que nunca podrá ser como el resto, aunque lo deseara con todo su aéreo corazón, pues al final siempre acaba imponiéndose su naturaleza de viento. Su romanticismo es demasiado etéreo como para mezclarse con la mentirosa transparencia del océano.
El viento ha encontrado al fin una cómoda posición de indolencia con respecto del mundo de los humanos, una posición que, si bien no le permite continuar su cruenta lucha con la Realidad –esa que hasta ahora ha mantenido-, sí le concede al menos la posibilidad de permanecer alejado de ella, soñando e imaginando vidas construidas con flores de papel.
5 comentarios:
Guao! qué bonito!!!!......
sino lo entiendo mal...tú eres el viento...enfin ya sabes lo que pienso...no hace falta decirlo...aún así sé feliz...contigo...
Por cierto no lo dije pero el dibujo de la otra vez el de la mujer...el ojo,el de Roy Lichtenstein...me gusta ví hace no mucho tiempo una exposición suya...y me gustaron los cuadros...
Y la de hoy...la de Caspar David Friedrich...espero no recordar mal...pero juraría que esta imagen estaba en nuestro libro de literatura de segundo de bachiller...me gustó por eso lo recuerdo...bssssssssss
El unico limite del viento, es el propio viento. El viento es un sujeto libre, impulsado de libertad, quizas la que nos falta a los seres humanos, ojala el mundo se llene de leve viento.
Dulce y linda musica que tienes puesta en el Blog.
Un Beso.
Qué bello el viento,con su fuerza,su furia, su librtad. Como dice Edu ojala se llenara el mund de viento. Un beso
"A veces se me olvida que sólo soy espectador..." Así comenzaba una canción de Quique González que me ha recordado tremendamente a lo que expresas.
Todos tenemos alguna etapa en la que preferimos salirnos del camino y observar como pasea la vida por delante nuestra. En ese momento somos brisa en vez de viento y todo parece pesar mucho menos.
Sin embargo habrá que volver al camino algún día porque desde la cuneta es imposible avanzar.
Encontrarás fuerzas para ello algún día. Que no decaiga el ánimo ni la sonrisa.
Un abrazo.
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