"Los amantes", René Magritte
Diré cómo nacisteis, placeres
prohibidos,
Como nace un deseo sobre
torres de espanto,
Amenazadores barrotes, hiel
descolorida,
Noche petrificada a fuerza de
puños,
Ante todos, incluso el más
rebelde,
Apto solamente en la vida sin
muros.
[…] Extender entonces una mano
Es hallar una montaña que
prohíbe,
Un bosque impenetrable que
niega,
Un mar que traga adolescentes
rebeldes.
[…] Abajo, estatuas anónimas,
Sombras de sombras, miseria,
preceptos de niebla;
Una chispa de aquellos
placeres
Brilla en la hora vengativa.
Su fulgor puede destruir
vuestro mundo.
Luis Cernuda
A veces se cansaba de huir. Eran
esas ocasiones en las que le hubiera gustado acallar su conciencia y saltar al
precipicio, y jugar a que alguien la encontrase. El mundo entonces no era más
que aquella hierba fresca y mullida sobre la que descansaba, la suave brisa que
mecía las ramas de los árboles y el azul inmenso del cielo de las tardes de
verano. Siempre el mismo azul, siempre el mismo verano. El tiempo seguía su
curso inexorable, pero aquel pedazo de realidad nadie podría arrancárselo. Cerró
los ojos y volvió a soñar…
-¿Qué harías si supieras que
hoy es el último día sobre la Tierra? –preguntó ella.
-Me lo pones difícil… Quién
sabe: tal vez trataría de escribir un fragmento de mis memorias para dejar un
testimonio de mi existencia sobre este mundo; o puede que intentase realizar un
fugaz viaje a algún lugar al que siempre haya querido ir y aún no conozca.
Claro que no podría ser muy lejos… No sé: la verdad es que no me siento capaz
de ponerme en situación e imaginar lo que haría o cuál sería mi reacción. ¿Y
tú?
-Probablemente, te besaría.
1 comentario:
O probablemente tendrías un verso a mano, seguramente de la generación del 27, más concretamente de Cernuda.
Llevamos sabiendo que todo va a acabar desde el día que nacimos y aún así evitamos dar besos, abrazos y decir lo que sentimos. ¿Por qué esperar que sea el último día o a que se nos quede sin hacer?
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